jueves, 17 de febrero de 2011

Estado Actual de la Población según el UNFPA

Resumen del documento: Estado de la población 2010

El UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, es un organismo internacional de desarrollo que promueve el derecho de cada mujer, cada hombre y cada niño a disfrutar de una vida saludable con igualdad de oportunidades; y vela por que cada embarazo sea deseado, cada parto se realice en condiciones de seguridad, cada joven esté libre de VIH/SIDA y cada niña y cada mujer sea tratada con dignidad y respeto.

El UNFPA apoya las medidas de los gobiernos para ampliar los medios de acción de las mujeres y las niñas —y de los hombres y los niños varones— también apoya a las organizaciones de la sociedad civil, que son imprescindibles en los procesos de restauración de la normalidad de toda comunidad.

Conociendo este fondo, podemos pasar a los puntos importantes que nos manifiestan el estado actual de la población.

Desde conflictos y crisis hacia la renovación: generaciones de cambio

En todo el mundo los sobrevivientes que tratan de reanudar sus vidas también enfrentan cambios fundamentales en las sociedades que los rodean. Las personas que han salido tambaleantes de guerras brutales, que han sufrido la destrucción de sus hogares y sus familias y que se han consumido en campamentos para personas desplazadas o han huido como refugiados, están aprendiendo también a abordar nuevas realidades, entre ellas: nuevas relaciones de poder dentro de las familias, cambios en los papeles de género, economías de aldea trastrocadas y culturas tradicionales en acelerado cambio.

Para los sobrevivientes, la paz es un bien recibido que también presenta nuevas dificultades. Hay, listas para ayudar, muchas incipientes organizaciones no gubernamentales de comunidades de base, algunas de las cuales están dirigidas por generaciones más jóvenes de habitantes locales, cercanos a sus comunidades, familiarizados con las comunicaciones contemporáneas y poseedores de aptitudes para manejarse en medios de comunicación múltiples que los vinculan a escala planetaria con otros jóvenes en países distantes.
Están respaldados por diversos organismos de las Naciones Unidas y de donantes.

La resolución  en 1325 de la iniciativa del Consejo de Seguridad para contrarrestar los malos tratos infligidos a las mujeres en los conflictos y su marginación en los procesos de consolidación de la paz, coincide con los puntos tratados en este resumen.
 A lo largo de un decenio, el Consejo de Seguridad aprobó una serie de resoluciones conexas, mientras que al mismo tiempo, sobre el terreno en diversos países, las mujeres —y los hombres— comenzaron a plasmar en la realidad las metas de las resoluciones, guiándose por la experiencia en la vida real para decidir lo que debía hacerse.

A medida que pasaron los años, fueron surgiendo nuevas ideas. La violencia y los abusos sexuales asociados con conflictos y desastres causaron víctimas femeninas. También los hombres padecieron y comenzaron a ser oídos cuando relataban sus propias historias de maltrato, humillación y degradación. Para las mujeres que vivieron durante los conflictos o como personas internamente desplazadas, la vida estaba cambiando; muchas de ellas aseguraron la supervivencia de sus familias, encontrando maneras de ganar lo suficiente para obtener alimentos y otros artículos de primera necesidad en tiempos difíciles.

Cuando esas mujeres regresaron a su lugar de origen, estaban animadas de una nueva confianza y trataron de mantener su independencia económica; algunas de ellas se transformaron en activistas luchadoras en pro de los derechos de la mujer.
Los cambios en los papeles de género no siempre fueron fácilmente aceptados. Si bien en algunas familias contribuyeron a nuevas modalidades de convivencia, en otras suscitaron un aumento de la violencia en el hogar, que persiste como grave problema en países tan diferentes como Timor-Leste y Liberia.
La edición de 2010 del informe Estado de la Población Mundial se basa por primera vez en informes recibidos sobre el terreno en un grupo representativo de países que han experimentado conflictos o desastres y van en camino de la recuperación, aunque ese camino sea escabroso y el destino, incierto. Los países son: Bosnia y Herzegovina, Liberia, Uganda y Timor-Leste. Además, se visitaron el Territorio Palestino Ocupado; Jordania, país adonde huyeron muchos iraquíes escapando de la violencia y la extrema dislocación de la guerra; y Haití, país que ya estaba en dificultades antes del devastador terremoto sobrevenido el 12 de enero.

Los traumas que sufren las personas a causa de la guerra no desaparecen cuando se ha concertado la paz, y el extremo estrés afecta a todos en una sociedad desarticulada: los niños, los adolescentes, los jóvenes, los hombres y mujeres de edad mediana que han perdido vivienda y empleo y tienen familias que mantener, y los ancianos, que a menudo no pueden conducir sus propias vidas cuando se los priva de la vida en familia. Las personas de edad —especialmente las mujeres, que suelen ser las menos alfabetizadas o menos aptas para salir a trabajar, y cuya salud claudica a una edad relativamente temprana— a menudo son víctimas del despojo de sus tierras por parte de sus parientes o vecinos.

Muchas de esas mujeres ancianas temen marcharse de los campamentos de personas internamente desplazadas y pasan sus últimos años en un limbo de soledad y pobreza.

El alto riesgo que enfrentan los ancianos después de terminada una guerra, pues suelen ser despojados de sus propiedades y confinados a la soledad y pobreza. Otro grupo en situación de alto riesgo es el de los adolescentes; muchos habían sido reclutados para combatir con brutales milicias y es preciso incentivarlos para que se reincorporen en la vida civil, a pesar de las dificultades que tengan por haber fungido como soldados en la guerra.

Las niñas y las jóvenes secuestradas para convertirlas en esclavas sexuales regresan con el espíritu quebrantado y a menudo con hijos que no querían tener y sólo encuentran destierro por parte de los miembros de sus familias. Los jóvenes, varones o mujeres, que regresan tras la guerra, con su educación trunca, carecen de toda esperanza de encontrar trabajo en sociedades donde hay “un promontorio de la juventud” en las estructuras demográficas y donde el lento crecimiento económico se suma para producir altas tasas de desempleo, incluso entre personas cuyas vidas no habían sido afectadas.


La curación de los espíritus y la restauración del equilibrio mental es un proceso lento, cuando no imposible. Siempre que hay un conflicto, agentes terapéutico de todo tipo, desde médicos herbalistas tradicionales y dispensadores de rituales de limpieza, hasta psiquiatras y asistentes psicosociales, piden a los extranjeros que han acudido a ayudar: por favor, no se marche prematuramente, pero si no hay alternativa, siga apoyándonos, dondequiera que usted se encuentre.

Hay heridas en la guerra que marcan y duran toda la vida. y pocos medicos y personal capacitado para apoyarlos fisica y espiritualmente por diferentes que sean las situaciones de los países en cuanto a su desarrollo económico o humano, tanto los sobrevivientes como quienes acuden a ayudarlos hablan de la importancia fundamental de contar con una comunidad que se preocupa, trátese de una familia ampliada, de un clan, de una aldea o de una de las numerosas organizaciones locales que surgen para ofrecer algo parecido a “un hogar”.
En los lugares donde existen esos apoyos sociales, se facilita mucho la reanudación de la vida. Los apoyos sociales, la familia, el clan son enormes ayudas para que la vida pueda retomar.
Se oyeron historias trágicas en bosnia y Herzegovina, donde mujeres que habían sobrevivido tras horrendos abusos sexuales de todo tipo, al regresar a sus hogares encontraron rechazo y, a menudo, acusaciones por haber “deshonrado” a sus familias.
Las relaciones, la amistad y el amor hacen una gran diferencia en el futuro de los heridos y sobrevivientes de la guerra han perdido los mejores años de sus vidas; muchas de esas víctimas nunca se recuperarán.
Hay difíciles y desgarradoras historias humanas; pero también hay muchas acciones nuevas y con buenas perspectivas por parte de numerosas personas, desde el nivel local hasta el nacional, que se preocupan por comprender los traumas posteriores a los conflictos dentro de sus propias culturas y buscan diversas maneras, en escala pequeña o más ambiciosa, de mitigar los sufrimientos que las rodean.

1 comentario: