viernes, 15 de abril de 2011

Mujer y desarrollo

En el siguiente artículo encontraremos algunas de la metas presentadas la metas del milenio enfocadas en la participación activa de la mujer en todos los campos de desarrollo.(los incisos son los establecidos por el documento original)

F. Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras
enfermedades
Ya que las mujeres unidas han sido una de las poblaciones con más dinamismo en el crecimiento del contagio, durante los últimos años. Uno de los grupos más vulnerables al contagio de esta enfermedad son las mujeres embarazadas entre los 15 y 24 años.
1. Uso del condón entre mujeres
Urgencia de promover mayores campañas, habida cuenta de que la principal vía de transmisión es la
sexual/heterosexual (90,6% en los casos nuevos detectados en mujeres en 2002),31 y del impacto de la migración masculina internacional, la cual ha sido detectada como un factor de riesgo para las mujeres cuyas parejas son migrantes.
2. Participación femenina en los nuevos casos de SIDA
En 1990, las mujeres representaron 13,9% del total de los casos nuevos diagnosticados y para 2002, ese porcentaje alcanzo 16,7%.

3. Razón de masculinidad de los nuevos casos de SIDA32
En 1990, la razón de masculinidad de los casos nuevos de SIDA era de 6,1 casos en hombres, por cada caso diagnosticado en una mujer. Para 2002, esa razón se redujo a 3,3 casos de varones por cada caso femenino, lo que da cuenta de la población femenina cada vez está expuesta a un mayor riesgo de contagio.

G. Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

1. Meta 9: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente

El cuidado de los recursos naturales depende de un equilibrio entre procesos ambientales, demográficos, económicos, políticos, sociales y culturales, cuyo resultado es la sustentabilidad. (Exige identificar, en cada caso y en cada lugar, la pluralidad de situaciones, condiciones y contextos donde se inscribe la relación género medio ambiente).

Esta noción incorpora la exigencia de mantener el crecimiento económico, estableciendo una rentabilidad de los recursos que integre el equilibrio sociedad-naturaleza con la equidad en la distribución de responsabilidades y beneficios entre los géneros y, la solidaridad con el bienestar de las generaciones venideras. De esta suerte, integra las dimensiones microsociales y macrosociales;
biologicistas y macroecómicas del desarrollo.
Desde la perspectiva de género, la agenda de la sustentabilidad, reconoce el rol de las mujeres en el uso, manejo y aprovechamiento de algunos de los recursos naturales básicos como son el agua, los bosques y diversas especies de animales y vegetales. Por ello, su papel es central en el cambio de los modelos vigentes de producción y consumo.

El bienestar, beneficio y aprovechamiento de los recursos naturales, no se distribuyen de igual manera entre los diversos grupos locales como tampoco se distribuyen equitativamente los impactos del deterioro o la escasez de recursos entre los diferentes grupos.
El desarrollo sustentable desde la perspectiva de género incorpora tres dimensiones: los recursos naturales (sustentabilidad ecológica), el arreglo social que hace posible la utilización y aprovechamiento racional y equitativa de los recursos, y la sostenibilidad económica
(sustentabilidad económica), con la cual se busca conseguir un equilibrio entre rentabilidad, bienestar y reproducción o recuperación de los recursos.
La sustentabilidad social tuvo como eje central del debate la cuestión de la pobreza y/o el incremento poblacional, por lo que reducir la pobreza y limitar el crecimiento poblacional.
Hasta la década de los noventa, las instituciones internacionales omitían las dimensiones sociales de la sustentabilidad, por lo que las referencias a este concepto se reducían al campo de los recursos (sustentabilidad ecológica).

Hacia fines de los noventa los enfoques se amplían considerando que no sólo la pobreza, sino también la riqueza genera degradación ambiental, reconociendo que tanto la pobreza como el deterioro ecológico pueden tener como causa común, la falta de recursos o de derechos de propiedad. Con estas consideraciones se pasa una visión más amplia de la sustentabilidad social y con ello, se abre camino al género en las políticas medio ambientales.(la participación social, los derechos humanos, el empoderamiento, la habilitación de capacidades económica y productivas  las relaciones de propiedad y la distribución de activos y responsabilidades en el cuidado y administración de los recursos entre los sexos.

a) Proporción de la superficie de las tierras cubiertas por bosques
1993: 37%
2000: 33%
En el periodo de 1993 a 2000 la superficie arbolada (es decir, bosques y selvas con distintos grados de conservación) del país disminuyó de 69.034.600 ha a 63.539.800 ha; en sólo siete años se perdieron un total de 5.494.800 ha o un promedio de alrededor de 784.000 ha por año.

Lo que se propone es desarrollar alternativas que nos permitan conservar adecuadamente los bosques existentes – recuperar parte de lo perdido– y al mismo tiempo satisfacer las necesidades de los diferentes actores sociales involucrados en el sector forestal.

b) Presencia de la mujer en el campo
Entre los indicadores adicionales de esta meta propuestos por la CEPAL se encuentra la proporción de mujeres propietarias de tierras.
 En 1970 existían 31.459 ejidatarias, lo que representaba 1,3% de los sujetos con derecho a la tierra. Para enero del 2000, 362.581 ejidatarias, comuneras y posesionarias35 contaban con certificados de propiedad.
La creciente presencia de la mujer en el campo se refleja en las siguientes cifras: 561.593 mujeres con certificados o títulos que usufructúan 6,5 millones de hectáreas, además de ocupar cargos en los órganos de representación de los núcleos agrarios (10,3%), en Sociedades de Solidaridad Social (42,7%) y en Sociedades de Producción Rural (13,9%). También, 19.388 mujeres participan en 1.263 proyectos productivos de los cuales se benefician indirectamente otras 21.773 mujeres.

c) Superficie de las tierras protegidas para mantener la diversidad biológica
La protección de los ecosistemas naturales por medio de la creación de áreas naturales protegidas (ANP) ha tenido un avance muy importante. En 1990 se contaba con 76 ANP cuya superficie representaba sólo el 2,9% de la superficie terrestre del país. Para finales del 2003 ya se tenían 148 ANP, con una superficie superior a 17 millones de hectáreas, que representan alrededor del 9% del territorio nacional. De esta superficie, el 76% corresponde a ecosistemas terrestres (principalmente matorrales xerófilos, bosques y selvas) y el resto a marinos.

México ocupa un lugar privilegiado en el mundo por la diversidad de sus bosques naturales.

d) Producto Interno Bruto (PIB) por unidad de utilización de energía

Los indicadores de consumo energético muestran una ligera mejoría en cuanto a su uso eficiente. De acuerdo con los datos disponibles sobre el uso de energía por unidad del PIB, se ha registrado una pequeña pero constante disminución a partir de 1996 cuando se alcanzó un valor cercano a los 4.500 Kjoules por unidad base del PIB, hasta llegar a valores por debajo de los 4.000 Kjoules a partir del año 2001.


e) Emisiones de bióxido de carbono
las emisiones de varios de los principales gases de efecto invernadero aumentaron en el periodo 1994-1998, tanto en sus volúmenes totales como por habitante. Resalta por su importancia el aumento de las emisiones totales de bióxido de carbono –debido tanto a la combustión y fugas de combustible como al cambio de uso del suelo–, y del metano. Las emisiones totales de bióxido de carbono de México son de las más altas de América Latina y representan poco más del 1% de las emisiones mundiales.

2. Meta 10: Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso a agua potable
Esta meta dependerá de la inversión destinada a la construcción de redes de agua potable, la cual tendrá un impacto favorable en las condiciones de vida de toda la población y, en especial, de las mujeres quienes, por razones de género, son las más afectadas cuando esos servicios no existen o son deficientes: la mujeres, junto con los niños(as) son quienes se encargan del acarreo de agua.
a) Cobertura de agua potable
La cobertura de agua potable, incluyendo no sólo la disponible a través de agua entubada dentro del predio, sino también las otras formas de abastecimiento como acarreo, llave pública o de otra vivienda, aumentó de 78,4 en 1990 a 89,4% en el año 2003. Este incremento en la cobertura representa casi 30 millones de personas más a las que se dotó de ese servicio. No obstante, aún persisten rezagos en las zonas rurales donde la cobertura apenas llega a 70,5%, mientras que en las zonas urbanas se tiene una cobertura de 95,8%.
En 2000, el censo de población y vivienda contabilizó 83,3% de la población con agua disponible dentro de su vivienda o predio.
En ese marco, la Comisión Nacional del Agua formuló su Plan Nacional Hidráulico 2001-
2006 que tiene entre sus objetivos principales fomentar la ampliación de la cobertura y los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento; el uso eficiente del agua en la producción agrícola; lograr el manejo integrado y sustentable del agua en cuencas y acuíferos y promover el desarrollo técnico, administrativo y financiero del sector hidráulico.
Un paso de gran trascendencia se dio con la publicación, en abril del 2004, de la nueva Ley de Aguas Nacionales. Entre otros temas importantes, esta ley incorpora los principios “el que usa paga” y “el que contamina paga”, buscando promover el reúso del agua. También se definen las condiciones para decretar zonas reglamentadas, de veda o reserva, ya sea por riesgo de agotamiento de acuíferos, desastres o para prevenir daños irreversibles a los ecosistemas; se abordan los términos para la prevención y control de la contaminación de las aguas, se definen responsabilidades por daño ambiental y se plantean sanciones más severas a las descargas de aguas residuales o usos del agua que no respeten los términos establecidos en la nueva Ley.
3. Meta 11: Haber mejorado considerablemente, para el año 2020, la vida de por lo menos 1.000 millones de habitantes de tugurios
a) Cobertura de alcantarillado y drenaje
La cobertura de alcantarillado y drenaje también ha mejorado en los últimos años pero siguesiendo sustancialmente menor a la del agua potable. La cobertura total alcanzada en 2003 fue de 77,3%, lo que equivale a 31 millones de personas más con este servicio respecto de 1990 cuando la cobertura apenas era de 61,5%. Al igual que en la cobertura de agua potable, la cobertura de alcantarillado y drenaje es mucho mayor en las zonas urbanas (90,5%) que en las rurales donde la cobertura es de apenas 38,3%.
b) Tenencia de la vivienda
En México, la proporción de ocupantes que reside en viviendas propias entre 1990 y 2000 se mantuvo prácticamente constante en 81,4%. En 2000, 69,7% de los ocupantes de viviendas particulares, equivalentes a 66,1 millones de mexicanos, habitaban en una vivienda propia totalmente pagada.
c) Calidad de los materiales de la vivienda
La calidad de los materiales empleados en la vivienda en muros, pisos y techos muestra una importante mejora en la calidad de la habitación de los mexicanos (as): la proporción de ocupantes de viviendas que cuentan con materiales durables en techos (losa de concreto) aumentó de 49,9% en 1990 a 62,7% en 2000. A su vez, la proporción de ocupantes en viviendas con piso de tierra disminuyó de 20,8% en 1990 a 14,8% en 2000.
d) Hacinamiento
Otro indicador del nivel de comodidad y salubridad de la vivienda es el número promedio de ocupantes por cuarto: más dos ocupantes representa hacinamiento En 1990, se estimó en 57,0% la proporción de viviendas con algún nivel de hacinamiento; esta cifra se redujo a 45,9% del parque habitacional del país en 2000.
e) Población según grado de marginación de la localidad en que vive
Otro indicador que nos permite conocer la calidad de vida de los individuos tiene que ver con la marginación urbana, la cual puede definirse como un fenómeno estructural que expresa la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del disfrute de sus beneficios. En México, se estima un índice de marginación urbana, el cual es una medida resumen que permite diferenciar las Áreas Geo-Estadísticas Básicas (AGEB) urbanas del país según el impacto global de las carencias que padece la población residente en las mismas, como resultado de la falta de acceso a la salud, a la educación, a una vivienda digna y decorosa, la percepción de ingresos monetarios suficientes y las desigualdades de género. De acuerdo con este indicador, en 2000, 30,6% de la población residente en AGEB urbanas del país presentan un grado de marginación muy alto y alto (18,8 millones de habitantes), 30,2%, medio (18,5 millones) y 39,3%, bajo y muy bajo (24,1 millones de personas)

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